Días buenos y otros no tanto

Es normal, no pasa nada... Hay días mejores que otros. Un día en la mañana te sientes radiante y hermosa y otro día no quieres salir de la cama o te sientes insegura y vulnerable. Es normal, parte de la vida, creo que en la medida que abracemos nuestra días grises seremos capaces de trascenderlos.

Quedarte en cama viendo netflix es perfecto si se disfruta, ¿cuánto es normal, 1 o 2 día a la semana? ¿más? ¿Menos? No hay una respuesta. Todos somos seres únicos y algunos necesitamos más o menos tiempo para el óseo, descanso, trabajo, diversión, hobbies, o lo que sea.

Una buena forma de visualizarlo es, cuando estás haciendo una determinada cosa, esta actividad qué sentimientos te genera; alegría, goce, paz, neutralidad, disfrute o por el contrario; te irrita, te enfada, te hace sentir culpa, agobio, apatía o tristeza. Si uno es capar de observar cómo se siente y se da cuenta que esta esta emoción la genero yo con mi sistema de creencias, entonces me detengo, dejo de hacer lo que estoy haciendo, cambio el escenario, no me puedo quedar en un ambiente o actividad que me provoque tal vibración, ese no es el camino, ni la persona, ni el lugar.

Tenemos que hacer un enorme trabajo de honestidad y decidir soltar lo tóxico de la vida, si es un pensamiento, o una acción, actividad, persona... salgo de ahí. Y me voy al espacio en mi vida que me conforta, que me hace sentir tranquila, donde me siento en paz.

¿Como encontrar ese lugar? Lo encuentro conociéndome a mí misma y amándome con mi luz y mi sombra, observándome desde un lugar sin juicio, viendo y reflexionando todas aquellas cosas que me provocan sentimientos de baja vibración y alta vibración, cuánto me detengo en ellos y observo como afectan mi vida personal y mi relación con los demás. Desde ese lugar de observador, puedo tomar acciones para transmutarlo, si es un pensamiento pesimista lo cambio a pensamiento motivador, si es una persona lo miro a los ojos y le hablo con honestidad, establezco limites, me cuido. De esta manera me amo, cuidando de mí, cuidando mis pensamientos, aceptando que hay días difíciles y que no pasa nada. Acepto, abrazo, agradezco y suelto, después de eso viene el aprendizaje, pues trasciendo ese dolor o ese miedo y finalmente crezco y evoluciono.